Nace en Buenos Aires en 1973 y vive en un pueblo del sur del conurbano
con nombre de escritor.
Quiere
salvar al mundo y está convencida de que es posible cuando liberan a Mandela y
cuando cae el muro de Berlín. Años más tarde reconoce su error.
Estudia
en un colegio católico a pesar de ser atea practicante y disfruta haciéndoselo
saber a las monjas. La fascinan las
matemáticas y la lógica tanto como la literatura.
Sueña
desde que tiene memoria con las estrellas. Estudia Astronomía pero se recibe de
ingeniera y trabaja leyendo y escribiendo procedimientos aburridos.
A
los veintinueve deja Adrogué (la ciudad de los plátanos que aparece en algún
cuento) y llega llorando a La Rioja. Las lágrimas le duran poco, porque el
clima es muy seco y porque se enamora de los cerros.
Tiene
dos hijos, planta varios árboles y a los treinta y ocho se dice que todavía
tiene tiempo de ir a por un libro. Hace la prueba y adquiere el vicio
irreversible de escribir cuentos.
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